Un tema que preocupa bastante y por igual a familias y docentes tiene que ver con la adquisición de hábitos y técnicas de estudio adecuadas en niños y niñas que de algún modo puedan garantizar el éxito escolar.
Estoy de acuerdo con ellos, sin embargo es muy importante tener en cuenta que existen múltiples factores que inciden en los procesos de aprendizaje tales como la motivación, el estado de ánimo y/o de salud, las relaciones familiares y sociales, el entorno y hasta el tono de voz del maestro.
Dicho esto voy a compartir contigo 10 tips que pueden funcionar con tus estudiantes de Primaria, siempre y cuando no dejes a un lado los factores que te acabé de mencionar.
1. Crea relaciones sólidas. Conocer a tus estudiantes es la base de tu enseñanza, saber cuáles son sus cualidades, sus fortalezas y también sus debilidades. Dales la oportunidad de hablar contigo y permítete saber un poco más allá de lo académico, qué les gusta, qué les molesta, qué disfrutan y qué aprecian en la escuela y en la vida. Hazles saber que estás ahí para ayudarlos no para juzgarlos y que son valiosos mucho más que sus resultados.
2. Anticipar, anticipar, anticipar. Una forma sencilla de ayudar a los niños a estar atentos, seguir las instrucciones y cumplir con sus responsabilidades es decirles con anticipación lo qué vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer y qué esperamos de ellos. Sería de mucha ayuda tener, por ejemplo, ayudas visuales con los horarios, los tiempos y las conductas esperadas.
3. Usa las técnicas de estudio que quieres que ellos aprendan como parte de tus clases habituales. Enséñales a repasar, subrayar, resumir, hacer gráficos y mapas mentales como parte del proceso de aprendizaje de los diversos temas que abordas en el aula, así les será más sencillo recurrir a ellos cuando sea necesario.
4. Motívalos a estudiar para aprender. Si quitas el peso de la evaluación y de la calificación como objetivo del aprendizaje también quitarás la presión de estudiar por obligación. Anímalos a buscar temas de su agrado que se relacionen con lo que están aprendiendo en clase, a hacer investigaciones y presentar sus conclusiones a partir de sus intereses y su creatividad.
5. Fortalece los hábitos y las rutinas. Aunque cuesta trabajo creerlo, a los niños les gusta el orden y la claridad. Procura que sepan qué deben hacer al llegar a la clase, cuándo deben sacar los útiles, cuándo pueden hablar, cuándo deben escuchar, qué deben hacer para salir a comer. La práctica construye el hábito.
6. Acostúmbralos a gestionar el tiempo. Puedes hacerlo enseñándoles a medir el tiempo que habitualmente les toma cada actividad y comparándolo con lo que duran en otras. Usa un temporizador o una alarma para indicar que aún les quedan algunos minutos antes de terminar y enséñales a priorizar sus actividades según el tiempo que tienen para ellas.
7. Enséñales a llevar su agenda y escribir su tarea. Los adultos damos por hecho ciertas habilidades, pero cuando se trata de niños es necesario recordarles cuándo y cómo deben hacer sus tareas, en especialmente las que no les agradan. Llevar una agenda les ayudará a mantener el control sobre lo que tienen que hacer, fortalecerá su comprensión del tiempo y de los plazos y la administración y priorización de actividades.
8. Aprovecha el trabajo cooperativo. Organízalos en grupos heterogéneos de forma que quienes están más avanzados puedan ser modelo y apoyo de los que están un poco rezagados. Los niños aprenden a través de la imitación y también de la socialización con sus iguales, no se trata de competir sino de cooperar para que todos logren los aprendizajes esperados.
9. Muéstrales cómo fijar metas. No esperes a que se presenten dificultades, desde el comienzo del año escolar, de cada periodo, cada mes y cada semana, destina un tiempo para que cada estudiante fije sus objetivos personales, pero es importante que lo hagan también en los grupos pequeños y con todo el curso. Saber hacia dónde van los ayudará a mantenerse enfocados.
10. Usa el juego y la gamificación. Decía Piaget que “el trabajo del niño es el juego” y no hay nada más verdadero. Los niños deben tener mucho tiempo de juego libre pero también de juego intencionado. No se trata de jugar por jugar, sino de introducir el juego en el aula como parte del proceso de aprendizaje.
Estas son las primeras recomendaciones que quiero hacerte, más adelante cuando volvamos a tocar este tema hablaremos acerca de las técnicas que puedes enseñarles o poner en práctica, pero considero que, por ahora, estas son suficientes para hacer cambios en tu clase.
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Ahora, cuéntame: ¿cómo promueves las habilidades de estudio en tus niños?