Siente por un instante el viento fresco en tu rostro, respiras con suavidad y el aire llena tus pulmones de energía y bienestar, poco a poco tu sonrisa hace brillar tu rostro y una sensación de bienestar invade todo tu cuerpo.
¿Puedes sentirlo? Si no lo conocías te doy la bienvenida a la práctica del mindfulness también llamada atención o conciencia plena.
En los últimos años el estrés, la ansiedad y la depresión se presentan con más frecuencia que antes tanto en niños como en adultos. Esto se debe a que vivimos constantemente preocupados por lo que viene, por lo que será y consternados por lo que fue, lo que pasó.
No es común que dediquemos tiempo a centrarnos en el presente, en el aquí y en el ahora, pero es necesario y fundamental para recuperar no sólo el control de nuestra mente y de nuestro cuerpo sino de nuestra propia vida.
La atención plena es una práctica recomendada para personas de todas las edades y puede ser especialmente beneficiosa para nuestros niños en esta época de restricciones, cambios radicales e incertidumbre y puedes introducirla en tu aula presencial, virtual o híbrida con pocas y sencillas actividades diarias.
1. Enséñalos a respirar.
Esta es tal vez la recomendación fundamental. Una vez al día, durante un minuto o dos puedes pedirles que se centren en su respiración, en sentir como el aire entra a través de su nariz y llena sus pulmones trayendo bienestar y energía y luego en cómo sale lentamente dejando su cuerpo en plenitud. Con algunas respiraciones al día es suficiente para entrar en contacto con su cuerpo.
2. Acostúmbralos a escuchar en silencio.
De vez en cuando pídeles que cierren sus ojos y se queden en silencio buscando los sonidos más lejanos que pueden percibir en su entorno, puedes dejar que lo hagan libremente y luego comenten que pudieron oír pero te sugiero que cuando estén empezando los guíes mencionando los sonidos que se oyen a lo lejos: una puerta que se cierra, un auto, una voz, un perro que ladra o lo que percibas.
3. Haz que agudicen su capacidad de observación.
Puedes usar mezclas de colores, de formas y figuras, existen muchísimas actividades de identificación visual que puedes usar para esto, incluso funciona con ejercicios de encontrar diferencias. Lo importante es que por un momento sean conscientes de lo que están viendo y disfruten de estar presentes.
4. Anímalos a saborear sus alimentos.
Puede ser durante el momento de comer o en un espacio que destines específicamente para hacerlo, tal vez con una fruta, un dulce o una bebida. Pídeles que tomen pequeños sorbos o bocados y se esfuercen en reconocer y describir los sabores, en disfrutarlos trozo a trozo sabiendo que además de tener deliciosos sabores e interesantes texturas también aportan salud y bienestar.
También es de gran utilidad que tú practiques estos ejercicios con frecuencia y siempre con anterioridad a realizarlos con tus niños, además de mejorar tu percepción de relajación y bienestar te ayudará a saber qué van a sentir ellos al hacerlos y qué resultados puedes obtener, así estarás preparada para sus dudas, sus preguntas y sus apreciaciones.
Puedes enriquecer estos ejercicios introduciendo pequeñas variaciones que además generen asombro y diversión. Recuerda que las emociones generan y fortalecen los aprendizajes y estimularlas de forma positiva mejora la autoestima y la capacidad de desarrollar relaciones afectivas sanas.
Para ayudarte con este aspecto he preparado una pequeña guía con 5 ejercicios de mindfulness que puedes practicar con tus hijos o con tus estudiantes, puedes descargarla de forma gratuita en mi tienda de Teachers Pay Teachers haciendo clic aquí.
¿Practicas la atención plena regularmente?
¿Conoces otras actividades para implementar en el aula o la educación en casa con niños pequeños?
Comments